CUANTA VERDAD !!!!!
SI ESTAS CERCA DE LOS 60 ... (
LEELO ) . ES TOTALMENTE CIERTO
1. Es hora de usar el dinero que
usted ahorro durante toda su vida. Usarlo para usted, no para guardarlo para
que lo disfruten los que no conocen el sacrificio de haberlo conseguido,
generalmente personas que ni siquiera son de la familia: Yernos y nueras!!
Recuerde que no hay nada más peligroso que un Yerno con ideas. Cuidado: No es
época de inversiones por maravillosas que parezcan, estas solo le traerán
angustias y esta época es para tener mucha paz y tranquilidad.
2. Deje de preocuparse con la
situación financiera de hijos y nietos; no se sienta culpable de gastar su
dinero en usted mismo. Probablemente, usted ya les ofreció lo que fue posible
en la infancia y juventud como una buena educación. Ahora por tanto, la
responsabilidad es de ellos.
3. Ya no es época de sostener a
nadie de su familia; sea un poco egoísta, mas no usurero. Tenga una vida
saludable, sin grandes esfuerzos físicos. Haga gimnasia moderada y aliméntese
bien.
4. Compre siempre lo mejor y más
fino, al fin y al cabo es para usted. Recuerde que en esta época, un objetivo
clave es gastarse el dinero en usted, en sus gustos y caprichos. Después de
muerto el dinero solo genera odios y rencores.
5. Nada de angustiarse por poca
cosa. En la vida todo pasa, sean los buenos momentos que deben ser recordados,
sean los malos que deben ser rápidamente olvidados.
6. Independiente de la edad,
mantenga vivo el amor siempre
7. Esté en todo momento limpio,
tome un baño diario; sea vanidoso, frecuente al peluquero, arréglese las uñas,
vaya al dermatólogo, al dentista, y use perfumes y cremas con moderación. Ya
que ahora usted no es guapísimo, esté por lo menos bien cuidado.
8. Nada de ser muy moderno,
intente ser clásico. Es triste ver gente mayor con peinados y atuendos hechos
para jovencitos.
9. Lea libros y periódicos, oiga
radio, vea buenos programas en la TV, ingrese a internet, envíe y responda
e-mails, llame a los amigos. Manténgase siempre actualizado.
10. Respete la opinión de los
jóvenes a pesar que a veces pueden estar equivocados.
11. Jamás use la expresión “en
mis tiempos”, pues su tiempo es hoy.
12. No caiga en la tentación de
vivir con los hijos o nietos aunque de vez en cuando vaya unos días como
invitado. Consiga más bien un ama de llaves que le acompañe y colabore con las
tareas del hogar y sólo tome esta decisión cuando no de más o el fin esté bien
próximo. Puede ser muy divertido convivir con gente de su generación y lo más
importante, no dará trabajo a nadie.
14. Cultive un “hobby” como
viajar, caminar, cocinar, leer, danzar, criar un gato, un cachorro, cuidar de
plantas, jugar cartas, golf, ingresar a Internet, pintar, ser voluntario o
coleccionar algo. Haga lo que le gusta y lo que sus recursos le permitan.
15. Acepte todas las invitaciones
de bautizo, grado, cumpleaños, casamiento, conferencias. Visite museos, vaya al
campo.... lo importante es salir de casa por un rato. Pero no se disguste si no
lo invitan porque a veces no se puede. Seguramente cuando usted era joven
tampoco invitaba a sus padres a TODO.
16. Hable poco y oiga más pues su
vida y su pasado sólo le interesan a usted mismo. Si alguien le pregunta sobre
esos asuntos, sea breve y procure hablar de cosas buenas y agradables. Jamás se
lamente de algo. Hable en tono bajo y con cortesía. No critique nada, acepte
las situaciones tal como son. Todo es pasajero. Recuerde que pronto volverá a
su casa y a su rutina.
17. Los dolores y las molestias
estarán siempre presentes, no las vuelva más problemáticas de lo que son
hablando sobre ellas. Trate de minimizarlas. Al final, ellas lo afectan
solamente a usted y son problemas suyos y de sus médicos.
18. No permanezca tan apegado a
la religión ahora de viejo, rezando e implorando todo el tiempo como un fanático.
Lo bueno es que en breve, podrá hacer sus pedidos personalmente.
19. Ría, ría mucho, ría de todo,
usted es un suertudo, usted ha tenido una vida, una larga vida , y la muerte
será solamente una nueva etapa incierta, así como fue incierta toda su vida.
20. Si alguien le dice que ahora
usted no hace nada de importancia, no se preocupe. Lo más importante ya fue
hecho: usted y su historia, buena o mala, ya sucedió!
Recuerde lo que dice Mario
Benedetti:
“No te rindas, por favor no cedas
aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se calle
el viento. Aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños, porque cada
día es un comienzo
nuevo, porque ésta es la hora y el mejor momento”.
nuevo, porque ésta es la hora y el mejor momento”.
Lectura para esta Noche
El Cielo y el infierno
Un hombre, su caballo y su perro,
caminaban por un sendero. Al pasar cerca de un árbol gigantesco, cayó un rayo,
y los tres murieron fulminados.
Pero el hombre no se dio cuenta de que ya había dejado este mundo, y
siguió caminando con sus dos animales (a veces a los muertos les lleva un
tiempo ser conscientes de su nueva condición...)
La caminata se hacía muy larga,
colina arriba, el sol era de justicia, y todos terminaron sudados y sedientos.
Necesitaban desesperadamente agua. En una curva del camino, avistaron una
puerta magnífica, toda de mármol, que conducía a una plaza adoquinada con
bloques de oro, en cuyo centro había una fuente de donde manaba un agua
cristalina.
El caminante se dirigió al hombre que
guardaba la entrada:
- Buenos días.
- Buenos días – respondió el hombre.
- ¿Qué lugar es éste, tan bonito?
- Esto es el cielo.
- Pues qué bien que hemos llegado al
cielo, porque nos estamos muriendo de sed.
- Usted puede entrar y beber toda el
agua que quiera.
Y el guarda señaló la fuente.
- Mi caballo y mi perro también
tienen sed.
- Lo siento mucho, pero aquí no se
permite la entrada de animales.
Al hombre aquello le disgustó mucho,
porque su sed era grande, pero no estaba dispuesto a beber él solo; dio las
gracias y siguió adelante. Tras mucho caminar, ya exhaustos, llegaron a una
finca que tenía por entrada una vieja portezuela que conducía a un camino de
tierra, bordeado por árboles en sus dos orillas.
A la sombra de uno de los árboles,
había un hombre tumbado, con la cabeza cubierta con un sombrero, posiblemente
durmiendo.
-Buenos días – dijo el caminante.
El hombre apenas respondió meneando
la cabeza.
-Tenemos mucha sed, mi perro, mi
caballo y yo.
-Hay una fuente en aquellas piedras –
dijo el hombre señalando el lugar -. Pueden beber cuanto les plazca.
El hombre, el caballo y el perro
fueron a la fuente y mataron su sed. A continuación, regresó para dar las
gracias.
-A propósito, ¿cómo se llama este
lugar?
-Cielo.
-¿Cielo? ¡Pero si el guarda de la
puerta de mármol dijo que el cielo era allá!
-Eso no es el cielo, es el infierno.
El caminante se quedó perplejo.
-¡Pero ustedes deberían evitar eso!
¡Esa falsa información debe causar grandes trastornos!
El hombre sonrió:
-De ninguna manera. En realidad, ellos
nos hacen un gran favor. Porque allí se quedan todos los que son capaces de
abandonar a los mejores amigos...
Principio del formulario
Paulo Coelho
HERMOSA REFLEXIÓN
Hoy les dejo con un pequeño cuento!
Una hija hablaba con su padre y se quejaba de la vida, lamentándose de que las cosas no le salían bien. No sabía qué hacer para seguir adelante. Se sentía sin fuerzas y a punto de rendirse. Estaba cansada y harta de luchar y luchar, sin obtener ningún resultado. Cada vez que solucionaba un problema, aparecía otro. Ya no podía más. Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí tomó tres ollas con agua y las puso sobre el fuego. Cuando el agua de las tres ollas empezó a hervir, puso en una zanahorias, en otra colocó huevos y en la última granos de café. Las dejó hervir y se quedó mientras tanto en silencio. Simplemente se limitó a sonreír a su hija, mientras esperaba a que las tres ollas acabaran su proceso. La hija esperó impacientemente, preguntándose que estaría haciendo su padre.
Después de unos veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó los huevos y los colocó en un recipiente, sacó las zanahorias y las puso en un plato y finalmente, colocó el café en un tazón.
Mirando a su hija le dijo:
-Querida, ¿qué ves?
-Huevos, zanahorias y café, respondió. Hizo que se acercara y le pidió que tocara las zanahorias, ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera, después de quitarle la cáscara, observó que el huevo estaba duro.
Luego le pidió que probara el café, ella después de tomar un sorbo, sorprendida e intrigada a la vez, preguntó: ¿Qué significa todo esto, padre?
Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: “agua hirviendo”
Pero que los tres habían reaccionado en forma diferente.
La zanahoria llegó al agua, fuerte, dura; pero después de pasar por el proceso había quedado blanda y fácil de deshacer.
Los huevos habían llegado al agua siendo frágiles, su delicada cáscara protegía su interior; pero después de estar en el agua hirviendo, se habían endurecido.
Los granos de café, después de estar en el agua hirviendo, habían teñido el agua.
-¿Cuál de los tres elementos eres tú?…
Cuando la adversidad llama a tu puerta… ¿Cómo respondes? Le preguntó a su hija. -¿Eres como una zanahoria que parece fuerte pero cuando la fatalidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? -¿Eres como un huevo, que comienza con un corazón frágil, con un espíritu fluido, pero después de una pérdida de un ser querido, una separación o un despido se ha vuelto duro e inflexible?
Por fuera todo sigue aparentemente igual, pero por dentro estás amargada y rígida; y tu espíritu y corazón se han endurecido. -¿O eres un grano de café? Que es capaz de aprovechar la adversidad y lo que le causa dolor y justo cuando el agua llega al punto máximo de ebullición, es capaz de desprender su mejor sabor y aroma. Quiero que seas como el grano de café, que cuando las cosas se ponen mal, tú puedas reaccionar en forma positiva, sin dejarte vencer por las circunstancias y hagas que las cosas a tu alrededor mejoren.
Que ante la adversidad exista siempre una luz que ilumine tu camino y a todas las personas que te rodean.
“Que puedas siempre esparcir e irradiar con tu fuerza, optimismo y alegría el “dulce aroma del café”, para que nunca pierdas ese olor grato que solo tú y quien es capaz de atravesar por las más duras circunstancias sabe transmitir a los demás”
Una hija hablaba con su padre y se quejaba de la vida, lamentándose de que las cosas no le salían bien. No sabía qué hacer para seguir adelante. Se sentía sin fuerzas y a punto de rendirse. Estaba cansada y harta de luchar y luchar, sin obtener ningún resultado. Cada vez que solucionaba un problema, aparecía otro. Ya no podía más. Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí tomó tres ollas con agua y las puso sobre el fuego. Cuando el agua de las tres ollas empezó a hervir, puso en una zanahorias, en otra colocó huevos y en la última granos de café. Las dejó hervir y se quedó mientras tanto en silencio. Simplemente se limitó a sonreír a su hija, mientras esperaba a que las tres ollas acabaran su proceso. La hija esperó impacientemente, preguntándose que estaría haciendo su padre.
Después de unos veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó los huevos y los colocó en un recipiente, sacó las zanahorias y las puso en un plato y finalmente, colocó el café en un tazón.
Mirando a su hija le dijo:
-Querida, ¿qué ves?
-Huevos, zanahorias y café, respondió. Hizo que se acercara y le pidió que tocara las zanahorias, ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera, después de quitarle la cáscara, observó que el huevo estaba duro.
Luego le pidió que probara el café, ella después de tomar un sorbo, sorprendida e intrigada a la vez, preguntó: ¿Qué significa todo esto, padre?
Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: “agua hirviendo”
Pero que los tres habían reaccionado en forma diferente.
La zanahoria llegó al agua, fuerte, dura; pero después de pasar por el proceso había quedado blanda y fácil de deshacer.
Los huevos habían llegado al agua siendo frágiles, su delicada cáscara protegía su interior; pero después de estar en el agua hirviendo, se habían endurecido.
Los granos de café, después de estar en el agua hirviendo, habían teñido el agua.
-¿Cuál de los tres elementos eres tú?…
Cuando la adversidad llama a tu puerta… ¿Cómo respondes? Le preguntó a su hija. -¿Eres como una zanahoria que parece fuerte pero cuando la fatalidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? -¿Eres como un huevo, que comienza con un corazón frágil, con un espíritu fluido, pero después de una pérdida de un ser querido, una separación o un despido se ha vuelto duro e inflexible?
Por fuera todo sigue aparentemente igual, pero por dentro estás amargada y rígida; y tu espíritu y corazón se han endurecido. -¿O eres un grano de café? Que es capaz de aprovechar la adversidad y lo que le causa dolor y justo cuando el agua llega al punto máximo de ebullición, es capaz de desprender su mejor sabor y aroma. Quiero que seas como el grano de café, que cuando las cosas se ponen mal, tú puedas reaccionar en forma positiva, sin dejarte vencer por las circunstancias y hagas que las cosas a tu alrededor mejoren.
Que ante la adversidad exista siempre una luz que ilumine tu camino y a todas las personas que te rodean.
“Que puedas siempre esparcir e irradiar con tu fuerza, optimismo y alegría el “dulce aroma del café”, para que nunca pierdas ese olor grato que solo tú y quien es capaz de atravesar por las más duras circunstancias sabe transmitir a los demás”
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