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La ley de la Atracción


La eterna búsqueda del secreto del éxito y la felicidad

“Los pensamientos se asemejan a viento, no los podemos ver o tocar, pero siempre podemos observar los resultados de su presencia “

 Wayne Dyer

Para los filósofos griegos de la antigüedad, la naturaleza del ser humano, el universo que lo rodeaba, y la búsqueda y significado de la felicidad fueron el tema central del gran volumen de conocimiento generado durante varios siglos.
 Sócrates propuso que el ser humano alcanzará la verdad mediante el auto conocimiento (conócete a ti mismo) y el desarrollo continuo de su intelecto (sólo sé que nada sé). La ignorancia nos llevará al fracaso, por lo que a través del conocimiento y la inteligencia alcanzaremos la virtud. Pero esa inteligencia hay que desarrollarla, estimulando nuestro deseo por aprender de todas nuestras experiencias.
Sólo así lograremos programar nuestra mente con el conocimiento y la razón que nos permita cada vez mejores seres humanos. Esa voz interior constituirá la única guía moral del individuo.
Sócrates no considera que la persona deba recibir un premio especial de llevar una vida virtuosa, ya que las consecuencias de esa vida son su mejor recompensa. Siglos antes, Salomón ya había enunciado este mismo concepto al escribir:

“Instruye al sabio, y se hará mas sabio; enseña al justo, y aumentará su saber. Si eres sabio, tu premio será sabiduría; si eres insolente, solo tu lo sufrirás”. 

 Este es en esencia el resultado final del la ley de la atracción: la felicidad que experimentamos al llevar una vida virtuosa es el mejor premio a nuestra decisión. Si el fin del ser humano es la felicidad, como le asevera Platón (alumno de Sócrates) y esta solo puede ser lograda mediante la virtud, aquel que sabotea su propio éxito y malogra su propia felicidad no lo hace a propósito, sino por ignorancia.
 El basa esta conclusión en la certidumbre de que solo la persona virtuosa es realmente feliz, y puesto que el individuo siempre desea su propia felicidad, nunca pensaría en hacer algo a propósito que la saboteada. Sin embargo, la ley de la atracción es muy clara en precisar que el ser humano atrae hacia si mismo lo forma parte de su existencia, y lo hace continuamente, no importa si es el resultado de un esfuerzo conciente o no.

 Tristemente, muchas veces en medio de nuestro afán por lograr el éxito y la felicidad, buscamos fuera de nosotros algo que siempre se ha encontrado en nuestro interior: el secreto para vivir una vida plena y feliz. Las respuestas a todas nuestras preguntas, las soluciones a todos nuestros problemas, el poder para hacer realidad nuestras metas más ambiciosas se encuentra en nuestro interior. Lo único que necesitamos hacer es preguntar, escuchar y confiar. La buena noticia es que si en este momento no estamos viviendo la clase de vida que siempre hemos deseado, podemos crear una nueva realidad cambiando el tipo de información con la cual alimentamos nuestra mente.
 Nuestro pensamiento son las semillas de lo que ocurrirá en nuestra vida, y todos somos responsables de ellos. Lo único que el ser humano debe hacer para ver un mundo que funciona correctamente, es asegurase que el piensa y actúa correctamente. En la medida en que cambia su manera de pensar respecto a sus circunstancias y a la demás personas, la situación y la gente cambiaran respecto a él. Debido a la ley de la atracción sus pensamientos rápidamente se traducen en hábitos, y los hábitos se transforman en sus circunstancias, los pensamientos dañinos y prejudiciales de todo tipo se cristalizan en hábitos que atraen y producen confusión y debilidad; y estos, a su vez, se manifiestan en circunstancias de calamidad e infortunio.

 Y puesto que todo atrae su igual, los pensamientos de temor, duda e indecisión se cristalizan en hábitos que paralizan e impiden actuar al ser humano, hábitos que conducen al fracaso, la escasez y la dependencia. Los pensamientos de odio y condena se vuelven habito de acusación y violencia, lo cuales se convierten, a su vez, en injuria y persecución. Los pensamientos egoístas de todo tipo se transforman en hábitos que atraen angustia y frustración. Todo lo que el ser humano logra, o deja de lograr, es resultado directo de sus pensamientos. En un universo justo y ordenado, la debilidad o fortaleza de cada persona, su condición de vida, su integridad o corrupción son suyas y de nadie mas; emanan de adentro; ella misma las crea, y no otro, y solo ella puede alterarlas. Una persona fuerte no puede ayudar a una débil a menos que esta desee ser ayudada. Y aun así, la débil debe hacerse fuerte por si misma, con su propio esfuerzo, ya que nadie mas que ella puede alterar su condición.

Libro: La Ley de la Atracción Autor Dr Camilo Cruz       

4 comentarios:

luisa dijo...

Hola Nelita, gracias infinitamente por compartir toda esta sabiduría y darnos la posibilidad de tomarlo...o dejarlo (depende de cada uno esto...claro).Es un gusto pasar a visitarte,cariños!!
PD:ya mismo agendo el libro!!Chausito.-

Alejandra de Uruguay dijo...

Hola Nelita ! qué linda esta entrada !!! muchas gracias por comentar en mi blog. Ponenos al tanto del proyecto que estás siguiendo con tu esposo ! te mando un beso grande !

Thony Caro dijo...

HOLA NELITA: EXCELENTE LIBRO PARA VOLVER REFLEXIONAR COMO EN EL ANTERIOR "EL SECRETO".-
BESOS

Maria Bombones dijo...

Hola Nelita
Muchas gracias por tus saludos.
Muy buenas reflexiones, gracias!
Besos

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