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El Derecho a la Libertad




Nací en la miseria, nunca conocí a mi padre; mi madre me dio lo único que podía dar: algunas caricias y descargó en mí toda su frustración y mal humor. Te aclaro algo que para mí es importante: yo no decidí nacer.

Abandoné, siendo muy pequeño, un cuarto que olía a orines, perfume barato y frijoles, y me perdí en las calles de mi ciudad, ¿a eso le llaman libertad?

Desesperado por el hambre aprendí a pedir limosna y también a robar, no encontré otro camino para sobrevivir, ¿acaso vivir así es libertad?

Sin darme cuenta encontré una fuente de alegría sin sentido, logré por un momento olvidar mi soledad y sin detenerme a pensar en lo que mañana pudiera suceder aprendí que mi hambre se podría olvidar. Sí, encontré a un compañero que me hacía cambiar mi realidad y a partir de ese momento la droga se convirtió en mi cómplice. Además, nadie podía decirme nada, pues por ahí escuché que yo tenía derecho a hacer lo que quisiera porque eso es libertad.

Un día, sentado a la orilla de la calle, observé a un niño ante un aparador de juguetes, indeciso ante qué muñeco comprar, mientras que yo no tenía otra alternativa que continuar mi camino, con rencor, sin más distracción que mi soledad. Entonces estalló en mi interior un grito de ira y desesperación: ¡soy libre, pero no encuentro un lugar para dormir!

¿Qué es para mí la libertad?, ¿elección o resignación?, ¿presencia o desesperación?, ¿amor o rencor?, ¿construir o destruir?, ¿vivir o morir?

Tú que hablas de realización, te suplico que me des el conocimiento para aprender a vivir, para llegar a ser lo que debo ser, quiero entender mi realidad, buscar un porvenir, construir un sueño, alcanzar un futuro diferente. Dame, te suplico, educación y te prometo que aprenderé a usar ese don que Dios me entregó que se llama libertad.

Deseo ser libre para poder amar.

Firma

Un niño que desea encontrar una razón para existir.


Miguel Angel Cornejo

Fuente: Enciclopedia de la Excelencia

Líderes del tercer milenio

4 comentarios:

Claudia dijo...

Excelente como siempre todo lo que publicas.
Saludos y buen fin de semana.

Musicademia dijo...

Muy bueno Nelita. Saludos.

Miguel dijo...

Que importante es la educación para todo en la vida y sobre todo el poder tenerla desde niño. Una pena que nos preocupemos de cosas sin importancia y algunas con tanta como está la dejemos pasar sin hacer nada.
Besos Nelita.

Franziska dijo...

Esta es, desgraciadamente, una realidad triste y la pregunta, en apariencia sencilla sobre la libertad, no lo es para nada. Han de transcurrir muchos años en nuestra vida hasta que nos tropecemos con la verdad de que, ni por un instante somos libres de obrar y que, en el fondo de la no acción está la esencia de nuestros actos.

Pero la miseria urgente de esa criatura lanzada a la calle a la desesperación y al hambre, debiera ser un grito en la conciencia de aquellos moralistas que claman contra la concepción no deseada. Esos niños son hijos no queridos, no deseados, simplemente la consecuencia de un desahogo de sus padres. Si en la sociedad en la que vivimos tuviéramos un mínimo de sentimientos, no permitiríamos que tales cosas sucedieran.

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