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El mañana... Un desafío del presente

Hoy en día los acontecimientos económicos que vive  le mundo
empresarial  nos obliga a reflexionar profundamente sobre el presente
y el futuro inmediato, para descubrir las tendencias que está tomando
nuestro mundo actualmente.
Actualmente centramos toda nuestra atención en lo urgente y no en
lo importante.
Por lo mismo, debemos  evaluar en todas sus dimensiones las nuevas
tendencias que están moviendo a nuestro mundo y que marcarán
decisivamente el futuro próximo.
Para esto es necesario aplicar el principio de “la taza vacía”, este tiene
su antecedente directo de la llegada al Japón de los primero investigadores
norteamericanos, que les recomendaron aprendieran el Zen japonés;
con tal fin visitaron un monasterio sintoísta donde los recibió 
un monje con su tradicional cortesía y les ofreció una taza de té.
El monje, sirvió té en una taza, y lo siguió haciendo aún cuando la infusión
empezó a derramarse.
 La duda en los norteamericanos no se hizo esperar, aduciendo que
para vertir más era necesario vaciar el contenido original.
El monje que conocía los propósitos de sus huéspedes, les indicó que
justamente era la primera lección: para recibir algo,
para aprenderlo, es necesario desprejuiciarse, vaciarse de lo anterior,
tener la mente abierta al aprendizaje.
Las guerras y las crisis que ha surgido a lo largo de la historia
han tenido su origen en un conflicto de valores; esto se debió porque
algunos deseaban lo que otros poseían; imponer sus creencias religiosas o
políticas; rescatar algo valioso o que representaba a sus antepasados;
y otras en aras de la libertad y la justicia.
Muchas de estás diferencias acciones han llevado a los hombres y
sus naciones a cometer actos absurdos y sin sentido.
Debemos establecer primero la diferencia entre los valores
individuales, sociales y universales.



Miguel Angel Cornejo

4 comentarios:

María dijo...

Interesante tu entrada.

Un beso.

Franziska dijo...

Ninguna guerra se hace por motivos justos, detrás de cada una ha habido siempre el deseo de obtener, a sangre y fuego, lo que otros poseen. Dígase lo que se diga y justifíquese como se justifique: lo que mejor hacemos los hombres es inventarnos excusas para nuestras malas acciones. Y así lo hacemos a pequeña o a gran escala, todo depende del poder que tengamos.
Gracias por la ocasión para la reflexión. Un abrazo de Franziska

☼ Carolina ☼ dijo...

hola Nelita!
buena semana!!
gracias por visitarme
c@

Thony Caro dijo...

HOLA NELITA: ES MUY COMÚN QUE LAS SITUACIONES SE CONFUNDAN, DANDO LUGAR A NECESIDADES NO PRUDENTES Y ORQUESTADAS DE ANTEMANO.-
UN BESO CON AROMA DE ROSAS.-

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